(Español abajo)
For a long time, I avoided physical and emotional pain. Studying medicine taught me more deeply that the body, mind, and spirit are interconnected. For example, a headache will make you feel irritable and tired. A loss will make you feel sick to your stomach. Our body works wonderfully, and whatever affects it will often produce a chain reaction, causing results that can be catastrophic if not treated soon enough.
When my life felt peaceful, God allowed me to experience a significant loss that exposed a lot of sick areas that He needed to treat intensively. I experienced denial for several months and locked myself up at work, unable to connect with God or the people around me because I could not see beyond the pain. My body started to show what my mouth and my heart wanted to keep silent: night terrors, weight loss, dizziness, and lack of concentration were some of the symptoms that the Lord allowed to open my gaze to the depths of my being. The guilt for not being able to save the life of my family member broke my heart, and that was when I asked myself: Can I trust God?
As I lived through the restoration process, God loved me perfectly by showing me His absolute sovereignty and infinite wisdom in the good and the adversity, as it says in Lamentations 3:37-38: “Who can speak and have it happen if the Lord has not decreed it? Is it not from the mouth of the Most High that both calamities and good things come?”
Then I realized that I was to experience intense and overwhelming emotions within God’s plan because He was building in me a strong faith through a more profound knowledge of Himself. That led me to a more intimate relationship with greater confidence in His answers to my prayers and to seek support from other sisters in faith.
Today, I want to remind you that, during the dark days, God inclines His ear to listen! (Psalm 116:2) He has a perfect plan to transform every area of your life that He needs to improve, even if he allows suffering. Because trusting God is not a matter of feelings but of will. You can trust that “He will wipe every tear from their eyes. There will be no more death or mourning or crying or pain, for the old order of things has passed away.” (Revelation 21:4)
SORPRENDIDA POR EL SUFRIMIENTO
Durante mucho tiempo huí del dolor físico y emocional. Cuando estudié medicina entendí más profundamente que el cuerpo, la mente y el espíritu están interconectados. Por ejemplo, un dolor de cabeza te hará sentir irritable y cansada. Una pérdida te generará malestares estomacales. Nuestro cuerpo funciona de una manera maravillosa y lo que esté afectado en él siempre producirá una reacción en cadena provocando resultados que pueden ser catastróficos, si no son tratados a tiempo.
Cuando mi vida parecía tranquila, Dios me permitió vivir una gran pérdida que destapó un cúmulo de áreas enfermas que Él debía tratar en mi con urgencia. Experimenté la negación durante varios meses y me encerré en el trabajo, no lograba conectarme con Dios, ni con las personas a mi alrededor porque no veía más allá del dolor. Mi cuerpo empezó a hablar lo que mi boca y mi corazón querían callar: terrores nocturnos, pérdida de peso, mareos, falta de concentración, fueron algunos de los síntomas que el Señor permitió para abrir mi mirada hacia lo profundo en mi ser. La culpa por no poder salvarle la vida a este familiar me rompió el corazón y fue cuando me pregunté: ¿Puedo confiar en Dios?
Al vivir el proceso de restauración, Dios me amó tan perfectamente al mostrarme Su absoluta soberanía e infinita sabiduría en lo bueno y lo malo, como dice en Lamentaciones 3:37-38 “¿Quién puede anunciar algo y hacerlo realidad sin que el Señor dé la orden? ¿No es acaso por mandato del Altísimo que acontece lo bueno y lo malo?”
Entonces comprendí que dentro del plan de Dios yo debía experimentar emociones álgidas y abrumadoras, porque Él estaba formando en mí una fe firme a través del conocimiento más profundo sobre Él. Eso me llevó a una relación más íntima con mayor confianza en Sus respuestas a mis oraciones y buscar el apoyo en otras hermanas de la fe.
Hoy quiero recordarte que durante los días oscuros, ¡Dios se inclina para escuchar! (Salmo 116:2) Él tiene un plan perfecto para transformar cada área de tu vida que necesite mejorar aunque permita el sufrimiento, porque confiar en Dios no es cuestión de sentimientos sino de la voluntad. Puedes confiar en que “Dios enjugará toda lágrima de sus ojos; y la muerte no existirá más, ni habrá más angustia [pena y luto] ni aflicción ni dolor, porque las antiguas condiciones y el antiguo orden de las cosas han pasado.” (Apocalipsis 21:4)
3 thoughts on “Surprised by Suffering”
Michelle, thank you for reminding us that even in our pain, God speaks and cares for us.
Thank you for sharing your story!
Hi Michelle. Thank you for your courage and vulnerability to share your story. I could relate a bit to you story. Our bodies do keep track of our emotional and mental traumas. I am grateful the Lord met you in the midst of all that and heard your cry.